Cómo curar el dolor articular
Quiero contaros mi historia, cómo pude curar la artritis de mis rodillas y la osteocondrosis lumbar. No soy médico, así que no os voy a contar cómo me estuve tratando. Simplemente, os contaré cómo pasó.
Tengo 62 años, soy jubilado. Hasta ahora llevo trabajando en el alto horno en una planta metalúrgica en Valladolid. Al principio como forjador, y los último 10 años como técnico de medidas de seguridad. Quien conoce la profesión de forjador, sabe que se diferencia bastante de la profesión del fundidor de acero. Estos ahora funden el acero en los contenedores, y para eso sólo tienen que darle a los botones. Eso se diferencia mucho de como lo hacíamos antes. A veces ayudábamos con una pala y en ocasiones, hasta con un punzón. Al lado del horno hacía un calor terrible y al mismo tiempo había pocos corrientes de aire. Allí es donde fastidié mis rodillas y lumbares.
Un dolor constante pasa factura al aspecto físico. En los últimos 3 años me había deteriorado mucho.
Menos mal que por la antigüedad me pude prejubilar a los 50 y cambiar de puesto. Ya no lo podía aguantar más. El último año me mantenía con las inyecciones de analgésicos. Tuve suerte, apareció un puesto de técnico de medidas de seguridad. Un trabajo mucho más fácil y lejos del horno. Al principio este nuevo régimen tuvo un efecto beneficioso sobre mis dolencias. El dolor se suavizó, incluso por un tiempo renuncie a los analgésicos. Pero unos 3 años antes de mi jubilación tuve un accidente doméstico. Estuve de pesca y me dañé muchísimo la pierna. Por lo visto, tuve un shock a causa del dolor y también el uso continuo de los analgésicos quebraron el equilibrio, de nuevo apareció el dolor en la rodillas y las lumbares.
Por culpa del trauma mi artritis empezó a progresar rápido.
Estos 3 años no quiero ni recordarlos. ¡Fue un verdadero infierno! Por la mañana mi mujer me ponía una inyección de diclofenaco, otra inyección me ponía en el trabajo y por la noche otra vez me pinchaba mi mujer. Diréis ¿por qué no me habría jubilado? Estuve ayudando a mi hijo. Acaba de ser padre y le han despedido. Así que había que apoyarle.
El último año ya andaba con un bastón. Antes del último reconocimiento médico decidí presentar mi dimisión, ya que no hubiera superado el reconocimiento.
Cómo me estuve tratando
Debido a mi gran experiencia sobre las enfermedades articulares puedo deciros que los médicos, en general, recetan condrosamina, hidrocortisona o diprospan...
¡NO FUNCIONAN!
Dado que tuve que inyectarme con frecuencia diclofenaco, empecé a tener dolores en el estómago. Tuve que añadir a mi tratamiento omeoprazol para proteger mi estómago.
Durante este tiempo, antes de que pudiera encontrar un medicamento realmente eficaz, me hicieron 4 punciones para extraerme el líquido. La última vez al extraer el líquido salió pus. El médico me dijo que lo más probable era que hubiese que operar, realizar una endoprótesis. Había que reemplazar mis inútiles articulaciones con las de titanio. Después me enteré, que incluso saliendo todo bien, habría que andar con un bastón. Por otro lado, la operación en ambas articulaciones, como mínimo valdría 4 mil dólares. Eso, optando por las prótesis alemanas. Las nuestras saldrían unos 1000 dólares más barato, pero también tienen más complicaciones. En pocas palabras, me lo pensé muy en serio.
Pensé seriamente en mi destino.
Me esperaba una evidente minusvalía. Por otra parte, tampoco podía tener esa cantidad de golpe.
Me senté con mi mujer (¡ella es una maravilla!), lo pensamos y decidimos realizar la intervención. La vida no se acaba a los 61 años y el dinero es para gastarlo.
¡Ocurrió un milagro!
Ese milagro se lo debo a mi mujer. Tenía una amiga de la infancia, la mujer de un funcionario, que también padecía de las rodillas como yo, bueno, a lo mejor un poco menos.
Una vez cuando mi mujer iba por la calle, vio como ese funcionario salía del coche, caminando con firmeza como una persona joven y además iba rápido.
El mismo día María (mi mujer) le llamó a su amiga, preguntando cómo Pedro consiguió curarse las rodillas. Aparentemente, no había pasado por el quirófano, además, después de una intervención uno no va corriendo.
Me salvó mi mujer, María, por lo que le estoy muy agradecido.
Resultó que todo se debía a un nuevo fármaco americano, Artrolux+. Su marido lo consiguió a través de un contacto en Madrid y al cabo de un mes estaba en forma. ¡Os lo repito: en UN MES!
Nos alegramos mi mujer y yo, pero también nos dio tristeza, puesto que en nuestro país el fármaco aún no se vendía y cómo había que pedirlos desde Estados Unidos, donde casi todo es bajo prescripción, no teníamos ni idea cómo hacerlo. En unas palabras, seguimos preparándonos para la operación.
Dentro de un tiempo (más o menos, un mes y medio) llamó la amiga de María, diciendo que su marido, Pedro, comentaba que, por lo visto la crema Artrolux+ ya había pasado o estaba pasando la certificación en España. Mi mujer le suplicó a su amiga para que le diera detalles y resultó que sí, ¡ya estaba certificado! Además, ya estaba en venta a través de la página oficial. ¡Creo que yo habré sido uno de los primeros en encargar el producto!
Empecé a aplicarme la crema en mis sufridas rodillas y sobre mis lumbares. ¿Sabéis qué?, ¡la crema empezó a funcionar! Al principio pensé que funcionaba como un analgésico: al aplicarla el dolor remítía en 5-10 minutos. De repente noté que estaba mucho mejor de las lumbares. A decir verdad, ya hace tiempo las dejé de lado, ya que mi principal preocupación eran mis rodillas: ¡estaba a punto de operarme! ¡Sin embargo, cuando después de una semana del uso de la crema, pude agacharme para calzarme sin usar un largo calzador, comprendí que Artrolux+ FUNCIONA de maravilla!
¡Al cabo de 2 semanas de tratamiento pude pasear sin dolor en las rodillas durante media hora! ¡Está claro que iba mejorando! Y al cabo de 2 semanas más, me empecé a considerar una persona sana: ¡ya no me dolía nada! Pude agacharme sin problema, caminar ratos largos y pasear en bici (me encanta andar en bici).
No solamente pude montar de nuevo en bici, sino también realizar paseos de 2 horas.
Ha pasado medio año desde mi curación ¡No me duele nada! Ya llevo mucho tiempo sin usar Artrolux+. ¡Ahora voy de pesca, trabajo en el jardín y adoro pasar el tiempo con mi nieto! Mi mujer y yo planeamos ir de vacaciones al sur, ya que los jóvenes nos llevan calentando la oreja mucho tiempo con lo bonito que es aquello.
Cuando uno está sano, lo juegos con el nieto ya no molestan, por el contrario, aportan alegría.
Así que los que padecen de artritis, osteocondrosis o artrosis, es decir, los que sufráis de las articulaciones, tomad mi información en consideración: ¡Artrolux+ cura las articulaciones!
Página oficial de Artrolux+ >>>
José Miguel Benítez Sánchez, Salamanca
2. Llevo usando Artrolux+ desde hace 2 semanas. Estoy muy contenta con el resultado. Antes por culpa de la maldita osteocondrosis no veía la luz. La crema es muy cómoda. Se aplica en las partes afectadas y te olvidas del tema para 24 horas. Actúa muy rápido. Una vez tuve un pinzamiento lumbar y Artrolux+ me quitó el dolor en 5 minutos!